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¿Qué obtienes cuando sumas fingir ser bueno y evadir la pregunta?
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Texto resumido por la IA durumis
- Fingir ser bueno y evadir la pregunta es una estrategia para evitar situaciones incómodas, pero termina ocultando la verdad y dañando la confianza.
- Especialmente en el entorno empresarial, estos comportamientos se perciben como una actitud no colaborativa y dificultan la construcción de la confianza.
- Una actitud de comunicación honesta y con sinceridad es la base para respetar a los demás y es esencial para construir una relación transparente.
At the Window (1881)Hans Heyerdahl (Norwegian, 1857-1913)
"Aparentar ser amable y eludir la pregunta, ¿qué suma?"
Provoca un resultado confuso e impredecible. Una trampa de la evasión y la simulación de amabilidad, o para decirlo más fácilmente, lo peor.
Eludir la pregunta, es decir, responder con algo que no tiene nada que ver con la pregunta, es un comportamiento que se encuentra con frecuencia en las conversaciones. Este comportamiento surge en su mayoría de la intención de evitar situaciones difíciles.
Cuando la pregunta o la solicitud del interlocutor es incómoda o molesta, o cuando se quiere ocultar la verdad, eludir la pregunta se convierte en una herramienta muy útil.
Si se añade a esta situación el factor "aparentar ser amable", la situación se complica aún más.
Las personas que aparentan ser amables, para ganarse el afecto del interlocutor o mantener una imagen positiva, envuelven sus palabras en un bonito envoltorio en lugar de la verdad real o su opinión.
En el proceso, la verdad o la intención real se ocultan. Se trata de una especie de estrategia de desarme, como dijo Robert Greene, que se utiliza para seducir al interlocutor y ocultar sus propias intenciones u objetivos.
Por lo tanto, si se combinan eludir la pregunta y aparentar ser amable, la interacción puede desarrollarse como una "fiesta loca".
Porque evitan responder de forma directa y relevante a la curiosidad o la solicitud del interlocutor, y para tranquilizarlo o inducirlo a la simpatía, crean una imagen positiva.
Si lo pensamos bien, no dar una respuesta precisa a la pregunta, sino aferrarse únicamente a su propio punto de vista y eludir las respuestas necesarias es tan frustrante como hablar contra una pared.
Y si además se utiliza la excusa de que no se recuerda y se ofrece una disculpa para evadir la esencia del problema, ¿qué pasa? Ofrecer disculpas sin una razón convincente es una de las estrategias de delimitación para evitar el problema actual.
Este comportamiento dificulta la confianza y la conversación honesta, y arruina el respeto y la comprensión mutuos. Aunque se intente conversar con amabilidad, la actitud del interlocutor produce decepción y hace que se le interprete como una persona que no solo no reconoce sus errores, sino que persiste en su terquedad.
Incluso en un entorno como el de los negocios, hay personas que adoptan esta actitud poco cooperativa.
No se trata solo de un problema de bajo nivel de comprensión lectora, sino de una estrategia deliberada para hablar a su favor, y encubrir su egoísmo con una actitud de fingir ser amable.
Si alguna vez has tenido que lidiar con este tipo de persona, no tendrás ninguna gana de desperdiciar tus emociones.
Porque no hay nada más tonto en el mundo que tener que lidiar con alguien que cree que solo él está en lo correcto, más allá de la cuestión de qué es lo correcto y lo justo.
En consecuencia, este tipo de conversación carece de transparencia y es difícil que se produzca una verdadera comunicación.
En algunos casos, este comportamiento puede ser una forma ingenua de afrontar una situación difícil. Pero lo que está claro es que evadir la verdad y centrarse solo en la gestión de la imagen en la comunicación con el interlocutor termina con la ruptura de la confianza.
En un entorno empresarial, esta actitud es aún más difícil de entender, ya que es imposible construir y mantener la confianza sin una comunicación clara y directa.
Por lo tanto, si queremos que la comunicación entre nosotros sea fluida, debemos evitar comportamientos como eludir la pregunta o aparentar ser amable, y optar por una actitud de comunicación honesta y sincera. Es la base y el activo de una verdadera comunicación que nos respeta mutuamente.
Las personas agresivas, envidiosas y misteriosas rara vez reconocen serlo. Han aprendido a desmantelarnos con halagos en el primer encuentro y a hacernos parecer atractivos. Cuando nos sorprenden con un comportamiento sucio, nos encontramos envueltos en la traición, la rabia y la impotencia. - Robert Greene